Muchas de nosotras, quienes tuvimos la fortuna de asistir a una escuela normal, aprendimos mucho de matemáticas, ciencias naturales y sociales, gramática y ortografía y en fin….varias materias escolares. Nos enseñaron disciplina y a cumplir con todo lo que la maestra pedía, de lo contrario un “castigo” era inminente. Depende la época porque cuando estudiaron mis padres, las maestras estaban facultadas para “pegarle” a los niños en caso de incumplimiento o bajas notas.
Yo viví mi escuela primaria en la década de los 80’s y así sucesivamente hasta graduarme de la universidad allá por el 2007. Pero en ninguno de mis grados escolares, recibí alguna materia que me ayudara en fortalecer mi autoestima, en trabajar relaciones sociales o crecer como “mujer” y como persona, mucho menos a hablar en público o manejar mis emociones.
Exceptuando (y me trae mucha nostalgia, ahora que lo recuerdo) en mi último año de mi carrera como “secretaria bilingüe”, nos llevaron de parte del colegio a lo que sería mi primer seminario de crecimiento personal. Recuerdo que fue allá en el edificio de la Cámara de Industria en la zona 4, con el tema “¿Quién se ha llevado mi queso?... desde ese seminario afirmé mi convicción de ser “facilitadora de talleres de crecimiento personal”, aunque mi meta estaba aún muy lejos de alcanzarla.
Ya tenía la inquietud desde niña, a los 7 años observaba a mi papá dar conferencias en una organización donde estaba participando, y a los 9 años jugaba con mi hermana menor y una gran amiga y vecina que yo era la “maestra” y les daba clases y/o talleres, recuerdo bien ese juego y era algo que me fascinaba.
En mi primer trabajo como secretaria en el Banco GYT, me llevaron a un seminario al hotel Las Américas con el tema “cómo ser la mejor secretaria”, todavía conservo el manual y ese día me dije a mí misma: Claudia, tienes que hacer esto en el futuro.
Pero para ello tendrían que pasar muchos años y estudiar toda una carrera universitaria para según yo, tener más conocimientos y experiencia. Mi trabajo como secretaria todos esos años me desvió del camino de alguna manera y me olvidé de mi sueño.
Pasaron los años y se me abrieron las puertas, trabajar en una ONG como voluntaria y organizar e impartir “talleres” de crecimiento personal en centros educativos fue la chispa que necesitaba pare recordar lo que quería hacer, desde mi infancia y las cosas se fueron dando.
Han pasado ya 13 años desde que inicié con los talleres, y en el 2010 organicé mi primer taller de AUTOESTIMA PARA MUJERES, creado y facilitado por mi persona, fuera del equipo de la ONG, aunque bajo el mismo techo.
Años antes tras una ruptura amorosa, yo aún era estudiante universitaria, empezaron a llegar a mis manos muchos libros de crecimiento personal, el primero, el cual guardo como un “tesoro”, libro que me sacara de mi depresión y me marcara el camino a seguir: Descubre a tus Ángeles de los autores Alma Daniel, Timothy Wyllie y Andrew Ramer, una joya que ha sido mi Biblia desde entonces.
Así que mi camino de lecturas, investigaciones y todo éste rollo de los talleres, se ha convertido en mi pasión, he crecido como profesional y como mujer y por eso me encanta compartir lo que he aprendido y experimentado.
¡Ojalá! Nos enseñaran todos estos temas desde la infancia, de seguro nuestra vida sería más fácil, el autoconocimiento, autoestima, manejo de emociones y plan de vida deberían ser prioridad en las materias escolares, aunque me disculpo si ya lo es, hace mucho que no conozco el pensum escolar actual.
Démonos prioridad a nosotras mismas, porque en la medida en que más fortalecidas estemos tomaremos mejores decisiones en la vida ¿verdad?
Por: Claudia Bermúdez W. (Armonía)
Kommentare