Los beneficios de la gratitud son muchos. Si estamos hablando de una vida plena, tranquila y feliz la gratitud tiene mucho que ver.
Cada persona según su forma de vivir, sus creencias y contexto da prioridad a diferentes cosas, personas o situaciones por ejemplo: la familia, el trabajo, los estudios, sus creencias religiosas, el dinero, las posesiones materiales o los valores o antivalores, etc. la lista es diferente para cada quien.
Con el corre y corre de cada día, vamos quizás cambiando ese orden de prioridades, dejando la gratitud como última instancia para cuando nos salen bien las cosas y obtenemos lo que queremos; pero a veces los días transcurren con tantas situaciones que terminamos el día viendo las noticias y lo malo que hay en el mundo, que cuando algún inconveniente por no llamarlo “problema” nos sucede, se nos pasa por alto el agradecer.
Una señora me dijo una vez: mire, por qué voy a agradecer si solo problemas tengo, mi hijo engañó a su mujer, se fue con otra y la dejó con 3 hijos, los cuales tengo a mi cargo porque la ingrata también se largó. No puedo tener un trabajo formal porque ya estoy grande y me duelen mis piernas, tengo que ver cómo hacer para mantener a éstos tres niños, es una desgracia… y así seguía repitiéndome una y una vez palabras negativas, luego traté de cambiarle el tema. Afortunadamente para mí, yo ya iba llegando a mi parada de bus. Luego empezó a criticar al gobierno, el clima y a hablar de tanta violencia que hay en nuestro país. Me dio pena, pero no me dejó ni mediar palabra, me bajé del bus y pensé pues que ojalá algún día se diera cuenta que las “desgracias” que me contó, ella misma las está atrayendo con tanto pensamiento negativo.
Algunas veces hay comentarios en mis redes que ustedes no alcanzan a leer, los tengo que borrar porque soy promotora de la “buena vibra” y la gente quiere pelear con cualquier cosa, con cualquier publicación, llevar la contraria. Lo entiendo porque hay una gran necesidad de expresarse, y más que ir a un psicólogo o trabajar en su crecimiento personal, las redes son una buena excusa para sacar todas sus inconformidades.
Entonces ¿dónde quedó la gratitud y el pensamiento positivo? En un libro quizás, en algo que escucharon por allí, en los recuerdos de la infancia cuando nos enseñaron a agradecer y en la vida adulta se nos olvidó.
No quiero ser “pájaro de mal agüero” como dice el dicho de las abuelitas, pero si nos volvemos observadoras, podemos darnos cuenta que hay mucho enojo y resentimiento en las personas, y eso lo único que hace aparte de hacerse daño a sí mismos, es influir en la conciencia colectiva que decía Jung, toda una masa de pensamientos negativos como “las nubes de invierno”, esos corazones tan faltos de amor, de perdón, de paz.
Así que amigas, detengamos un poco el ritmo tan acelerado, y veamos a nuestro alrededor, valoremos las cosas que sí tenemos, a las personas que sí nos quieren, la comida que sí tenemos, y agradezcamos al universo, a Dios, a la Divinidad o como quieras llamarle, o a ti misma, por tanto.
¡Te animas! Basta con cerrar los ojos unos segundos, y decir gracias de corazón, cuantas veces puedas durante el día, es una palabra mágica, una palabra que emite una frecuencia positiva de gran alcance, ya hay mucha oscuridad en el mundo, seamos esa luz que hace tanta falta, incluso para nosotras como para los demás.
Abrazos de la Armonía
Te invito a mi último taller gratuito del año, precisamente del tema de GRATITUD, inscríbete aquí por Zoom: https://us02web.zoom.us/meeting/register/tZwoceGurjMvGNF6Y33VjiEDJg_nbHG2t2z8
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