¿Cuántas veces te han dicho que confían en ti, en tu trabajo, en lo que haces, en la familia, en todo? Si te lo dicen todo el tiempo, es porque eres una persona RESPONSABLE y digna de confianza. Ponete una estrellita en la frente porque eres de esas personas que están en peligro de extinción.
Buen, quizás no sea para tanto. Aunque como van las cosas y las nuevas generaciones son un poco extrañas, pues no se qué tanto prevalecerá este valor o todos los valores.
Pero seamos positivos como me dijo recientemente una participante de mis talleres, y creamos realmente en un mundo mejor.
Esta semana trabajamos el valor de la RESPONSABILIDAD en el diplomado y precisamente es un llamado a la conciencia de todos y todas de continuar con la educación que nos dieron nuestros padres y nuestros abuelos a ellos de ser responsables.
Yo siempre lo fui, en la infancia mi mamá era muy enojada si no hacía las tareas o dejaba de asistir a clases, lo bueno que me gustaba. Ya en la adolescencia me puse rebelde, las hormonas me traicionaron mucho y me la pasaba sumamente enojada, no quería que me mandaran, que me dijeran ¿Qué hacer? No quería ayudar a hacer los oficios domésticos en casa y me fastidiaba ir a ciertas reuniones religiosas a las cuales me obligaban. Y por rebelde dejaba de hacer algunas tareas del colegio y me volví algo floja o haragana como decimos por acá.
Pero fueron pocos años, pues a los 15 que entré a estudiar secretariado bilingüe al tan añorado colegio Winbridge, si o si, me tuve que volver 100% responsable, la carga de tareas era muy fuerte y me estaba jugando mi futuro. Mis papás fueron claros al decirnos a mi hermana menor y a mi, que harían esfuerzo y “vaya que fue un gran esfuerzo” pagarnos un colegio para sacar el diversificado y poder valernos por nosotras mismas después. Y entonces pues como la carrera me encantó y sabía que al graduarme podría encontrar un buen trabajo, pues le puse todas las ganas del mundo y ser responsable fue lo mejor que pude haber hecho.
Jamás tuve ningún problema en mis trabajos, ninguna queja, ningún despido, nadie podría decir nada de mi, aparte de ser un poco brava, pero eso siempre lo he sido. Siempre cumplí con responsabilidad en todas las tareas que me asignaron y fui muy puntual, bueno esto ya parece carta de recomendación ajajaja, pero así ha sido y me enorgullezco de ello, entre otras cualidades.
Así que amigas, seamos dignas de confianza y continuemos por la vida caminando responsablemente, seamos diligentes, comportémonos con excelencia, encontremos soluciones a los problemas, seamos disciplinadas y reconozcamos cuando cometamos un error, eso me cuesta a mi mucho porque trato de no cometer errores, “modesta parte”, pero esos son los consejos de hoy.
Disfrutemos de ser productivas y ánimo siempre.
Saludos de la Armonía
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